The following article is translated into Spanish from the English original, written by Trevor Hultner.
Mientras la empresa multinacional de biotecnología Monsanto batalló contra un agricultor sobre las patentes de soja en la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, un tribunal de distrito en el este de Texas atendió un caso similar: Personal Audio, un supuesto “secuestrador de patentes”, presentó una demanda contra la red Ace Broadcasting de Adán Carolla por violación de patentes.
¿La patente supuestamente infringida? “Sistema para Diseminar Contenidos Mediáticos Representando Episodios en una Secuencia Serializada”. En otras palabras, el podcasting.
Personal Audio apareció a mediados de la década de 1990, y se arroga el crédito de haber inventado el “Reproductor de Audio Personal”, un dispositivo similar al iPod y la fuente de muchas de las patentes de la compañía, incluida esta.
Richard Baker, vice presidente de concesión de licencias de la compañía dijo que “[James Logan, CEO de Personal Audio,] es un pequeño empresario que invirtió un montón de su dinero para poner su negocio en marcha, que todavía es dueño de la patente, y que está tratando de obtener una compensación por su duro trabajo como inventor. Esto es para lo que sirve el sistema de patentes.” Según Baker, Personal Audio también está tratando de vender su licencia de podcasting a varios podcasts y proveedores más importantes e influyentes.
“Diría que sin duda estamos en busca de licenciar esta patente más allá de esas tres (empresas a las que están demandando)”, dijo. “Hemos enviado cartas a un número de compañías que esperamos que establezcan una licencia con nosotros de manera amistosa, sin tener que recurrir a los tribunales.”
La perspectiva de que este sistema de licencias se extienda ha asustado a muchos podcasters, incluyendo a Marc Maron, anfitrión de WTF Show y a Sam Seder, anfitrión de Majority Report. Ambos han recibido cartas de Personal Audio “invitándolos” a comprar licencias, y ambos han utilizado sus voces para apoyar una legislación propuesta recientemente llamada “Ley SHIELD”.
Con el apoyo de la Electronic Frontier Foundation (EFF), SHIELD pretende que sea prohibitivamente riesgoso establecer demandas judiciales para los que pretendan secuestrar patentes; de acuerdo con la ley, si un secuestrador de patentes pierde un juicio, tiene que pagar los gastos legales y costos de la otra parte.
Si bien este proyecto de ley podría ser un dinimuto paso en la dirección correcta, no es ni siquiera un parche para solucionar el problema de la ley de patentes. La Ley SHIELD, de aprobarse, podría impedir que empresas como Personal Audio ataquen a la gente, pero no va a evitar que empresas como Monsanto, con patentes “legítimas” sobre semillas genéticamente modificadas y mejoradas, demanden a agricultores y los obligauen a quemar sus cosechas cuando encuentren sus semillas en la tierra de éstos, o a impedir que Apple aumente considerablemente los costos por litigación en los mercados de smartphones y tablets.
Stephan Kinsella, abogado libertario de propiedad intelectual (y que se describe a sí mismo como abolicionista de la misma) trajo a colación un punto interesante en una entrevista reciente que parece perderse en la discusión general que rodea al tema de secuestradores de patentes, el derecho de patentes y la propiedad intelectual en general: tan malo como puedan ser los secuestradores de patentes – según Kinsella, le han costado a la economía de los EE.UU. alrededor de 500 mil millones de dólares desde 1990 – los titulares legítimos de patentes (empresas como Monsanto y Apple), pueden ser – y a menudo son – peores.
Hablando de Apple, imagina un escenario en el que la empresa que persigue a Adán Carolla y al resto del mundo del podcasting no sea una reliquia minúscula de la era punto-com en Texas, sino la corporación multimillonaria de Cupertino, California.
En esta situación hipotética, ¿quién tendría el dinero o el poder para luchar contra Apple? ¿Cómo podría hacerle frente a Apple un podcaster casero si la mega-corporación tuviese la patente sobre la tecnología de podcasting y quisiese dinero por licenciarla?
Millones de personas se suscriben y escuchan podcasts a través de iTunes, el software de distribución y catalogación de Apple. En la actualidad, no cuesta nada agregar tu propio podcast en el directorio de iTunes; para hacerlo, no se necesita más que es ser capaz de enlazar a una fuente RSS de podcast. Si Apple fuese dueña de la patente sobre el podcasting y obligase a comprar una licencia a todos los nuevos podcasts, podría, como lo sugirió el activista de EFF Adi Kamdar en referencia a Personal Audio, crear un “efecto escalofriante” en el medio.
Es posible que si el costo fuese suficientemente alto, el podcasting corriese la misma suerte que otras formas de medios de comunicación y quedase confinado a un modelo de organización de “jardín amurallado”. Sólo las personas con suficientes medios económicos podrían transmitir podcasts. Muchas voces y perspectivas se quedarían fuera.
La legitimidad de las patentes tal como se presenta actualmente parece estar más basada en la percepción que en estándares legales objetivos. Con Personal Audio ponemos en duda la legitimidad de su patente de podcasting de una manera que no habríamos considerado si otra empresa con más poder adquisitivo la hubiese obtenido primero. Por lo tanto, la solución al problema del secuestro de patentes no es “regularlo” con medidas erróneas o pasos a medias en la “dirección correcta”.
El sistema de patentes debe ser abolido.
Artículo original publicado por Trevor Hultner el 11 de marzo de 2013.
Traducido del inglés por Carlos Clemente.