The following article is translated into Spanish from the English original, written by Kevin Carson.
La página Daily Kos volvió a publicar recientemente una columna muy popular que reaparece periódicamente, “75 Maneras en las que el Socialismo ha Mejorado a los Estados Unidos” (“75 Ways Socialism Has Improved America”), cuyo autor usa el seudónimo TheNewDeal00.
En la lista figuran ítems como “El Ejército/Defensa Nacional”, “Guerra”, “El Pentágono”, “Seguridad Interior”, etc., que principalmente implican asesinar gente en los Estados Unidos o en otros países. El ángulo sumamente positivo que se le da a cada ítem, incluyendo los aspectos más autoritarios del Estado de Seguridad Nacional y el Complejo Militar-Industrial, sugiere que estamos ante el tipo de liberal reflexivo para el que cualquier cosa que hace el gobierno es automáticamente “progresista”.
Desafortunadamente, se trata de un espécimen bastante común. Hay un cierto tipo de liberal cuya visión de “progreso” considera que todo a lo que pueda llamársele “regulación” es bueno, porque–por definición–es una restricción del poder corporativo. Además, todo lo que sea financiado o controlado por el estado es considerado como “socialismo”. Esta era la mentalidad de Arthur Schlesinger, Jr., que trataba al gobierno y a las grandes empresas como diametralmente opuestas, identificando al “liberalismo” como un movimiento idealista caracterizado por el uso del poder estatal para compensar los excesos de las grandes empresas.
Pero la propiedad, financiamiento y control estatal no constituyen “socialismo” como tal. De hecho, la fuerte participación del estado en la economía es una característica fundamental del capitalismo monopolista.
La mayor parte de la actividad estatal, lejos de restringir el poder de los grandes negocios, lo aumenta. Si uno echa un vistazo a la lista de TheNewDeal00, ve que la mayoría de las funciones enumeradas mantiene de una forma u otra los requisitos estructurales del capitalismo corporativo.
Está de más decir que todo lo referente a “Defensa Nacional” y “Guerra” sirve principalmente para imponer el capitalismo corporativo al resto del mundo, garantizando el acceso de las corporaciones multinacionales a recursos naturales, por la fuerza cuando es necesario, y fungiendo de brazo ejecutor para el marco legal y político global diseñado por el Banco Mundial, el FMI, OMC, GATT y una enorme variedad de acuerdos sobre “propiedad intelectual”. La razón por la que el gobierno de los Estados Unidos pasó décadas instalando dictadores en casi toda América Latina, Filipinas, Irán, Vietnam del Sur, Indonesia y el Congo fue para mantener al mundo seguro para el poder corporativo.
El complejo militar-industrial cumple otro rol vital para las grandes empresas: absorber el gran exceso de capacidad productiva y capital sobrante cuando la demanda privada es insuficiente para mantener en movimiento a los engranajes de la industria.
Mi favorito, por la enorme inocencia liberal que implica, es el sistema de autopistas, “creado para el uso de todos los ciudadanos”: “Cierto, un presidente republicano fue el que creó nuestro sistema nacional de autopistas, financiándolo con el erario público. Se trataba de tiempos distintos, antes de que el partido republicano contragiese un caso severo de rabia del que nunca se curó”.
¿Es éste el sistema de autopistas interestatales creado bajo la supervisión del Secretario de Defensa (y ex presidente de General Motors) Charles Wilson, famoso por la frase “lo que es bueno para los Estados Unidos es bueno para GM? El efecto principal del sistema interestatal de autopistas fue bajar los costos de distribución, aumentando artificialmente el tamaño óptimo y el área de mercado de la empresa típica, y permitiendo que las grandes cadenas nacionales se llevaran por delante a los pequeños comercios locales. ¿Y qué hay de los sistemas locales de autopistas, prioridad de los gobiernos locales controlados férreamente por los desarrolladores inmobiliarios? Estos sistemas subsidiados de autopistas son los principales culpables de la monocultura de suburbios, la dispersión urbana y la cultura del automóvil.
¿Los subsidios a la agroindustria? Solo los seres más ingenuos creen que el Departamento de Agricultura trabaja para defender los intereses de alguien que no sea Monsanto, Cargill y ADM.
¿Las escuelas y cárceles públicas? Los primeros sistemas estatales de educación pública fueron diseñados en el siglo XIX para producir trabajadores de fábrica condicionados a llegar puntualmente a su trabajo, ponerse en fila cuando le dieran la orden, comer y orinar cuando sonara un timbre, y obedecer órdenes emanadas de una figura autoritaria detrás de un escritorio. Su propósito principal es procesar niños convirtiéndolos en dóciles recursos humanos con las habilidades suficientes para llevar a cabo el trabajo que se requiere de ellos, pero nunca educarlos más allá de lo que requiere su lugar predeterminado en la vida.
Cuando el sistema educativo falla en crear una fuerza de trabajo fácilmente manejable, es relevado por el sistema criminal de justicia en la responsabilidad de mantener el control social. Gracias a la Guerra Contra las Drogas, uno de los segmentos de la población que potencialmente sería más radicalizable–negros que viven el centro de las ciudades–son vigilados fuertemente (algo así como un tercio de los hombres de raza negra se encuentran atrapados en algún componente del sistema criminal de justicia). Los Estados Unidos tienen una población reclusa más grande que la de China, gran parte de la cual provee mano de obra esclava para las corporaciones.
Y acerca de la policía y el sistema de seguridad interna, ¿quienes creen que eran los que estaban disparando gas lacrimógeno, aerosol de pimienta y balas de goma contra los manifestantes del movimiento Occupy el año pasado?
Los liberales inocentones como TheNewDeal00 que hacen el ridículo escribiendo cosas como estas son la mejor prueba de que sy ideología nada tiene que ver con la genuina Izquierda.
Los Izquierdistas Genuinos tienen una idea muy distinta de las cosas. Marx dijo, acertadamente, que el estado es el Comité Ejecutivo de la Clase Regente. Engels escribió que en la etapa más avanzada del capitalismo, los capitalistas operarían a través del estado para manejar la economía en los casos en que fueran incapaces de hacerlo a través de medios puramente privados. La nacionalización de vías ferroviarias, telégrafos, minas, y la creación de estados del bienestar bajo la denominada “socialdemocracia”, era según Engels simplemente una función del estado capitalista.
El historiador de la Nueva Izquierda Gabriel Kolko argumentaba que la función fundamental del estado regulador es hacer exigibles los cárteles regulatorios, y restringir la competencia, facilitando la estabilidad de los mercados oligopólicos resguardándolos de la amenaza competitiva. El Neo-Marxista James O’Connor escribió que el estado ha socializado sistemáticamente los costos de operación de las grandes empresas — o, en palabras de Noam Chomsky, socialización de riesgo y costo, privatización de las ganancias.
Los anarquistas de mercado, especialmente los anarquistas de mercado izquierdistas como yo y mis camaradas del Centro para una Sociedad sin Estado, sabemos de lo que se trata el estado. No es un cepo al poder privado; es un instrumento del poder privado. Su función central es suprimir la competencia, crear sistemas artificiales de propiedad, y permitir que las clases económicas regentes extraigan rentas. Nuestra economía, en su estructura fundamental, es una alianza entre los grandes negocios y el gran estado. Los conservadores que acusan a Barack Obama de ser “socialista”, son simplemente idiotas útiles del poder corporativo.
Artículo original publicado por Kevin Carson el 06 de diciembre 2012.
Traducido del inglés por Carlos Clemente.