David S. D’Amato. Artículo original: Gamestop, Capitalism, and Freedom. Traducido por Diego Avila.
Estrategas de Wall Street lo han llamado uno de los más extremos “apretones cortos y bruscos” en recientes décadas: a finales de Enero, las acciones del minorista de videojuegos GameStop se dispararon, como usuarios del fórum de Reddit de WallStreetBets se reunieron alrededor de la tienda, la cual ha sido un blanco para “los inversores de venta corta”, incluyendo muchos fondos de cobertura. En general, estos inversores de venta corta se benefician por comprar y luego rápidamente vender valores tomados en préstamo, solo para comprarlos nuevamente a un precio mucho menor. El inversor aquí cuenta con que el precio decaiga en el tiempo comprendido entre su venta inicial del activo y su recompra. Si todo va según lo planeado, entonces, el inversor de venta corta devuelve los valores tomados en préstamos, ahora en un bajo valor, al prestamista, junto con ningún interés u honorarios adeudados al mismo.
Pero, ¿qué ocurre cuando nada de eso termina como se esperaba? Los comerciantes amateur que se movilizaban por los fórum de WallStreetBets colocaron trabajas en los mecanismos de los inversores institucionales quienes querían acortar GameStop, afectando lo que llaman apretón corto. A través de su esfuerzo organizado espontáneamente para sostener GameStop, estos inversores individuales llevaron las acciones de la compañía a altos puntos que virtualmente nadie esperaba — mucho menos de todos los fondos de cobertura que muestran en cortocircuito las acciones. El “apretón” aquí es la decisión que enfrentan los que están en la posición corta: ¿reducen sus pérdidas y se cubren comprando de nuevo las acciones (lo que, por supuesto, también eleva el precio de las acciones), o duplican sus pérdidas? El éxito del ejército de Reddit significó pérdidas asombrosas para muchos fondos de cobertura, y la semana pasada fue testigo, según Goldman Sachs, de “la mayor reducción de ingresos brutos de fondos de cobertura activos” desde la crisis financiera desencadenada por el colapso del mercado inmobiliario hace más de una década.
En una respuesta controversial a la agitada actividad en torno a las acciones de GameStop, la plataforma de negociación Robinhood impuso abruptamente nuevas reglas dirigidas específicamente a GameStop — una movida que trajo críticas tanto de la derecha como de la izquierda. La senadora progresista Elizabeth Warren, por ejemplo, ha planteado preguntas acerca de hasta qué punto las decisiones de Robinhood fueron motivadas por sus relaciones con interpretes poderosos como los fondos de cobertura. Otros progresistas, entre ellos la secretaria del tesoro Janet Yellen, vio el caso de GameStop como un ejemplo de fallas en el sistema que sugieren la necesidad de nuevas regulaciones. Yellen ha convocado una reunión de jefes de agencias reguladoras, incluyendo aquellos de la Fed y la SEC, para discutir las implicaciones más amplias del episodio GameStop.
El episodio de GameStop además resalta algo importante, aunque por poco olvidada, acerca del sistema económico del capitalismo. Quizás sorprendentemente, la izquierda y la derecha cometen el mismo exacto error como el capitalismo — y ese es, que ambos lo ven como un sistema de libre mercado. Para la izquierda, este error los llevaba a culpar a los mercados y a la competencia por los colapsos sistémicos y las crisis. La derecha, por otra parte, se ve llevado a construir una apologética retorcida por los resultados bajo el capitalismo existente, creyendo que al hacerlo, están defendiendo los mercados y la competencia.
Si tanto la izquierda como la derecha se encuentran erradas en como tratar el capitalismo y el libre mercado como sinónimos, entonces quizás la izquierda se equivoque al condenar a esta última. La narrativa de la izquierda de hoy es profundamente confusa porque considera el poder de los capitalistas en la sociedad como el resultado de los mercados libres, es decir, de demasiada libertad de mercado y muy poca intervención gubernamental. Nada podría estar más lejos de la verdad: los capitalistas están de hecho protegidos de la competencia genuina por un sistema legal y un sistema regulatorio.
Históricamente los americanos libertarios entendieron esto. El individualista americano anarquista Benjamin Tucker escribió que los capitalistas están “asustados por su propia doctrina”, predicar las glorias del libre mercado incluso cuando lo practican el proteccionismo legal y regulatorio. Tucker, el defensor definitivo de la libertad de competencia irrestricta, llamó a los capitalistas “una banda de ladrones licenciados.” Él no alberga creencia alguna de que los capitalistas eran solo los vencedores en un sistema de libertad y competencia. Para los liberales del libre mercado como Tucker, el gobierno en sí mismo fue solo el resultado de la conspiración capitalista (en un formal sentido legal de un grupo participando unidos para cometer un crimen). Fue creado para proteger el interés del capital y permitir reglas depredadoras y parasitas de unos pocos sobre muchos — no para proteger a los ciudadanos o el instituto de la ley y el orden.
Anarquistas como Tucker argumentan que los objetivos del socialismo podrían ser completados extendiendo las libertades que se están monopolizando por los capitalistas hacia todo el mundo. Si queremos una sociedad más libre y justo, americanos seguidores de cualquier tendencia política deben recordar la percepción radical de que el sistema político-económico que tenemos hoy en día no es un libre mercado.