The following article is translated into Spanish from the English original, written by William Gillis.
Una de las tácticas que he utilizado en las discusiones sobre economía anarquista es referirme a nuestra mezcla corporativista/mercantilista/lovecraftiana moderna de sistemas económicos como “Kapitalismo” y, al hacer alusión a Ancaps, esforzarme en usar “Anarco”-Capitalista y Anarco-”Capitalista” como etiquetas diferentes.
Ésta ha demostrado ser una manera digna, si no bastante eficaz, de evitar discrepancias con su forma de pensar y forzar cierto grado de matices dentro de la discusión. Pero son distinciones dirigidas principalmente a los Rojos bravucones y tozudamente ignorantes, quienes -aunque ciertamente molestosestán lejos de ser tan espantosos como los viles liberal-libertarios vulgares. Esos apologistas de las empresas que realmente están de acuerdo con el pozo negro que los Rojos llaman “Capitalismo”. Sabes quiénes son. Esos mocosos que van contracorriente y que consideran Somalia una utopía. Los que se ajustan a los estereotipos Rojos tan fuertemente que toda inteligencia es arrastrada inmediatamente hacia un horizonte de sucesos de “la gente pobre obviamente merece morir de hambre, que les den” y “sí, pues después de la Revolución llevarán a tu familia a campos de concentración y expropiarán todas tus cosas”.
Bien, por una bendita errata me he tropezado con una forma muy efectiva de rebatirlos. En vez de hacer referencia al comportamiento y la dinámica del mercado libre, me refiero en su lugar al “mercado liberado”.
Te sorprendería la diferencia que puede suponer un cambio de tiempo verbal. “Mercado libre” suena a una cosa que ya existe y así se perpetúa pasivamente el mito Rojo de que el Corporativismo y la acumulación sin sentido de Kapital son las consecuencias naturales de la asociación voluntaria y la competición entre individuos. (No lo es.)
Pero “liberado” contiene un elemento de distancia y, lo que es más, un grado de acción. Se vuelve mucho más fácil plantear cosas como: en los mercados liberados no hay empresas. Un mercado liberado equilibra la riqueza de forma natural. La jerarquía social es ineficiente por definición y esto es particularmente evidente en los mercados liberados.
Esto nos lleva fuera del tiempo verbal del presente y hacia el ámbito teórico de “tras la revolución”, donde, como los Rojos, podemos seguir usando ejemplos actuales para respaldar la teoría, pero no estamos atados a defender implícitamente cada horror del mercado actual. Es más fácil escoger diferentes mecanismos del mercado y hacer distinciones. Además, ¿he mencionado que hace una llamada implícita a la acción?
No sé si alguien más se había tropezado con esto antes, pero me ha sido útil y sentí que debía compartirlo.
Artículo original publicado por William Gillis.
Traducido del inglés por Tomás Braña.