De Nathan Goodman. Artículo original publicado el primero de mayo de 2016 con el título de Father Daniel Berrigan’s Legacy of Resistance. Traducción española de Luis Vera.
El 30 de abril falleció a la edad de 94 años el Padre Daniel Berrigan, activista antiguerra, sacerdote jesuita, escritor y poeta. Desde la guerra de Vietnam, el padre Berrigan levantó su voz con valentía en contra del imperialismo estadounidense. Pero su oposición al intervencionismo militar fue más allá de las palabras. El padre Berrigan, de forma valerosa y constante, usó tácticas de acción directa para resistirse a la maquinaria de guerra estadounidense.
En 1968, el padre Berrigan se unió a otros ocho activistas antiguerra para entrar en una oficina de recluta. Tomaron 378 archivos de reclute y usaron napalm para quemarlos en protesta. Entorpecieron el proceso injusto en el que los jóvenes eran forzados a luchar en una guerra de agresión en Vietnam. Al quemar estos registros con napalm, usaron las armas del imperio para destruir sus papeles burocráticos. Fueron conocidos como los nueve de Catonsville.
Los nueve Catonsville fueron arrestados, y eventualmente se les encontró culpables de destrucción de propiedad gubernamental, destrucción de archivos de Servicio Selectivo e interferencia con el Acta de Servicio Selectivo. Pero estos no son crímenes legítimos. El acta de Servicios Selectivo es una ley injusta que obliga a la gente a trabajar, de forma esclava, para continuar una guerra injusta y agresiva. Interferir con el Acta de Servicio Selectivo no es, por tanto, justamente criminalizado, sino que es un acto moral.
En tanto a destruir propiedad gubernamental, la propiedad del Estado no fue adquirida justamente. La propiedad se adquiere justamente por adquisición original o por transferencia voluntaria. La propiedad gubernamental se obtiene al cobrarle impuestos a la gente, tomando su dinero sin consentimiento a través de amenazas de encarcelarlos. No puede haber derechos de propiedad en bienes adquiridos a través del robo y usados para facilitar la agresión. Quemar estos documentos no fue vandalismo, sino un acto moral de resistencia a la injusticia.
Como escribió el padre Berrigan sobre su acción “Nuestras disculpas, buenos amigos, por fracturar el buen orden, al quemar papel en vez de niños”.
Después de su condena Daniel Berrigan y otros miembros de los nueve de Catonsville escaparon. Durante su vida como fugitivo, reaparecía para dar sermones, y volvía a desaparecer, avergonzando al FBI. Eventualmente fue encontrado en agosto de 1970 y fue enviado a prisión por aproximadamente dos años.
Más adelante, en los 80, el padre Berrigan ayudó a impulsar el movimiento plowshares. Tomando inspiración de las palabras bíblicas de “Forjar azadones de espadas” empezaron a dañar armas nucleares con martillos en la planta de misiles nucleares GE.
Las armas nucleares son armas de destrucción masiva. No pueden ser usadas defensivamente, ya que son fundamentalmente indiscriminadas y matan a gran cantidad de civiles cada vez que se usan. Destruir estas armas de destrucción masiva es heroico.
El gobierno de Estados Unidos usa sus armas de guerra para intimidar y amenazar a las gentes de todo el mundo. Sus invasiones han matado incontables civiles, desde Vietnam hasta Irak y Yemen. Cuando un gobierno comete homicidios en masa, forjar arados a partir de sus espadas se convierte en un deber moral.
El padre Daniel Berrigan tenía una visión moral clara que lo impulsó a apoyar la paz y oponerse a la violencia estatal imperialista en todas sus formas. Ken Butigan describió la visión de padre Berrigan como “Vivimos en una cultura de la muerte— y es nuestro deber resistirla”.
Actuó de forma valiente con base en esta visión. El padre Berrigan se arriesgó repetidas veces a ser encarcelado con el fin de interrumpir al Estado guerrerista.
EEUU continúa llevando a cabo guerras injustas en todo el mundo. Drones hacen llover la muerte sobre Yemen, Pakistán y Somalia. Se siguen enviando tropas a Irak y Siria. Necesitamos ser, como cuestión de principios, oponentes de la guerra y estar dispuestos a parar el militarismo y la violencia estatal.
En otras palabras, necesitamos más personas como el padre Daniel Berrigan. Su resistencia desafiante al imperio es un ejemplo para todos nosotros. Como comentó el periodista Jeremy Scahill “El mundo es un mejor lugar porque él pasó por este”.
Citas de este artículo:
Nathan Goodman, Father Daniel Berrigan’s Legacy of Resistance, NewsLI, 2016-05-09
Nathan Goodman, Father Daniel Berrigan’s Legacy of Resistance, Michigan Standard, 2016-05-09
Nathan Goodman, Father Daniel Berrigan’s legacy of resistance, Augusta Free Press, 2016-05-09
Nathan Goodman, Father Daniel Berrigan’s Legacy of Resistance, Antiwar.com, 2016-05-01