De Eric Fleischmann. Artículo original: Crypto Will Not Save Us From the Capitalist Workplace, publicado el 7 de marzo 2022. Traducido al español por Kesabel Babe.
He admitido antes y admitiré nuevamente que “no soy particularmente un experto en tecnología. Soy un animador de la tecnología open-source, peer-to-peer, descentralizada, apropiada, etc., pero, por lo demás, sólo tengo tanto conocimiento de este tema como un zoomer promedio”. Sin embargo, he observado que con el auge de las criptomonedas y el blockchain, ha emergido una línea de pensamiento que afirma que estas tecnologías ofrecen un escape al tradicional sistema de trabajo capitalista – particularmente al existente en Estados Unidos. Este deseo es comprensible ya que dicho sistema de trabajo es uno jerárquico, autoritariamente burocrático o, como Elizabeth Anderson lo describe, es como un “gobierno privado” tan centralizado y antidemocrático como un régimen estatal comunista. Según Anderson “estás sujeto a un gobierno privado cuando (1) estás subordinado a autoridades que pueden ordenarte y sancionarte por no cumplir en algún ámbito de tu vida, y (2) las autoridades lo tratan como si no fuera de tu incumbencia, entre una amplia gama de casos, qué ordenes emite y por qué te sanciona”. Y, según esta definición, la mayoría de los no sindicalizados, no directiva, no cooperativos y no autónoma “trabajadores en Estados Unidos son gobernados por relaciones dictatoriales comunistas en sus vidas laborales” [1]. No solo esto, sino la teoría de explotación marxista dice que las relaciones entre empleadores y empleados están definidas por la extracción de la plusvalía de éste último en forma de ganancia. Como Richard Wolff escribe en Democracy at Work: A Cure For Capitalism (Democracia en el trabajo: una cura para el Capitalismo), esto…
Es el exceso de valor añadido por los trabajadores – y tomados por los empleadores- sobre el valor pagado en salarios a los mismos. Para pagarle a un empleado 10$ la hora, un empleador debe recibir más de 10$ de la producción adicional por hora para vender. El excedente es el ingreso neto de los capitalistas de los costes directos de los insumos y de la mano de obra para producir.
Estas condiciones llevan a muchos a desear simplemente renunciar, una estrategia que Anderson llamó “salida” y la cuál podía ser demostrada en la tendencia general denominada la Gran Resignación; un snapshot que puede ser encontrado en el muy popular subreddit r/antiwork.
Como se mencionó anteriormente, una herramienta que se promociona para esta estrategia – al menos en algunos círculos – son los instrumentos especulativos del blockchain como las criptomonedas – particularmente el Bitcoin como el indiscutiblemente más popular y lucrativo con una capital del mercado casi el doble de la del subcampeón Ethereum – y NFTs (non-fungible tokens) [2]. Y para algunos, las inversiones cripto, el trading, el mining, y/o staking & lending, funcionan. Según una encuesta realizada por Civic Science, 4% de la población de Estados Unidos ha o conoce a alguien que ha renunciado a sus trabajos por las ganancias hechas a través de inversiones en criptomonedas, con dos tercios de los encuestados teniendo un ingreso total menor de 50 000$ de antemano. Desde una perspectiva menos estadística, también hay muchos titulares como: “Esta mamá renuncia a su trabajo para concentrarse en cripto a tiempo completo y construir una ‘riqueza generacional’. Ahora hace alrededor de 80 000$ al mes”; o “Un enfermero ganó el salario de su día entero haciendo cripto trading en su hora de almuerzo, así que renunció a su trabajo diario y ahora gana 7 cifras”; o “Los millennials están renunciando a sus trabajos para convertirse en cripto traders. Aquí está el riesgo, la recompensa”. También han empezado a surgir pequeños “movimientos” en Internet que fomentan la idea de esta posibilidad. En particular, r/CryptoCurrencyFIRE provee un espacio para compartir tips y perspectivas sobre la Independencia Financiera y la Jubilación Anticipada a través del cripto trading. Y si bien no se promociona específicamente como una herramienta anti-trabajo, al menos muchos entusiastas del cripto como Kurt Ivy creen que la tecnología blockchain va a “descentralizar las estructuras económicas establecidas y devolverle las ganancias y el poder a la gente”. Entonces mientras el cripto no es actualmente una característica principal del movimiento anti trabajo asalariado que está ocurriendo en E.E.U.U., tiene el potencial para convertirse en una. Por lo tanto, me gustaría disuadir a la gente anticipadamente de esta idea, al menos en su forma actual separada de una teoría y una praxis más amplias del cambio socioeconómico.
Para empezar, son bastante conocidas las críticas a las criptomonedas por no ser liberadoras. Por ejemplo, en Twitter, Kevin Carson escribe un breve diálogo:
“Si no te gusta ser pobre, haz X”
“¿Es posible para todas las personas hacer X y eliminar la pobreza?”
“No…”
“Entonces no es una solución sistemática. Solo es una forma de que unos pocos afortunados sean los primeros en vencer a un sistema injusto. Googlee ‘falacia de composición’.”
Por estos estándares, Bitcoin y otra criptomonedas no cumplen los criterios de una solución sistemática a… básicamente cualquier cosa. Y, por supuesto, están las amplias preocupaciones medioambientales que la tecnología blockchain sigue planteando. Pero aún más, el mercado Bitcoin en particular refleja la asimetría del mercado capitalista, con Carson escribiendo esto en el 2016 en The Desktop Regulatory State (El Estado Regulatorio de Escritorio) que: “más de la mitad de todos los Bitcoins pertenecen a una décima de un porciento de todas las cuentas de Bitcoin. Y en junio de 2014, una sola entidad adquirió por primera vez el 51% de la potencia informática total utilizada para minar Bitcoins por periodos de tiempos considerables”. No ha cambiado mucho en la última media década, ya que Khristopher J. Brooks contabilizó en 2021 que “el top 10 000 principales inversores de Bitcoin”, representan “un mero 0.01% de todos los titulares de Bitcoin [,]… controlan el 27% de la moneda digital”. Y no sólo se refleja la disparidad de la riqueza, sino que, a pesar del atractivo descentralista del Bitcoin, hay una gran centralización de su mercado. Como Michael Sheetz reporta: “Un estudio forense en el boom del Bitcoin del 2017 ha encontrado que casi todo el auge de la moneda digital en ese momento es atribuible a “un gran jugador ‘, aunque el manipulador del mercado sigue sin identificar”. Es posible que las más nuevas criptomonedas sean más equitativas tanto en propiedad como en poder, pero es extremadamente difícil decir cuántos individuos poseen múltiples direcciones (que denotan las cuentas de criptomonedas identificables) o cuántas direcciones pertenecen a múltiples personas, y no ha habido ningún movimiento público importante hacia una criptomoneda mejor distribuida. No sólo esto, sino Ed Zitron, basándose en un artículo de Parmy Olson, señala que, por su conexión con servidores centralizados, “(su) nuestro gran y hermoso blockchain descentralizado está alimentado por una capa tras otra de infraestructura web regular y centralizada.” Y la realidad de esta situación es bien conocida por los grandes criptoevangelistas. Entonces cuando “ellos finalmente alcanzan el punto en el que tienen razón y son ricos, ¿importa que su sistema descentralizado, igualitario y meritocrático siempre fue tan centralizado, amañado y oligárquico (si no más) como el sistema del que escaparon?” Y como Carson elabora, debido a que “todas las imitaciones de Bitcoin” están “usando la misma arquitectura blockchain”, ellos “tienen el mismo problema que el original: son mercancías, unidades de valor almacenado, que se negocian en el mercado, se aprecian en el precio, y por lo tanto crean un incentivo para la especulación y el acaparamiento en lugar del intercambio”. Finalmente, como el Bitcoin es “creado por un tercero en lugar de por el propio acto de gastarlo, [por lo que] no solventa el problema de liquidez para aquellos que carecen de dinero convencional”.
Este aspecto final también es lo que diferencia el Bitcoin y otras criptomonedas de aquellos sistemas monetarios alternativos que, históricamente y/o teóricamente, le permitirían a la gente crear economías locales basadas en la confianza fuera de la economía del trabajo asalariado. Antes de la primacía de la economía del trabajo asalariado, las comunidades de los siglos XVI y XVII en Inglaterra, como David Graeber dice en Debt: The First 5,000 Years (Débito: Los primeros 5000 años), a menudo creaban su propio dinero que simplemente se acordaba para usar o utilizaban lo que Cardon identifica como un “sistema de compensación de crédito mutuo”, en el que las empresas “gastan más dinero en existencia incurriendo en débitos para la compra de bienes dentro del sistema y luego ganando créditos para compensar los débitos mediante la venta de sus propios servicios dentro del sistema”. La moneda funciona como una especie de pagaré por el que cada participante monetiza el valor de su producción futura”. En el presente, hay cientos de timebanks alrededor del mundo- un “sistema de trueque de varios servicios entre sí utilizando el tiempo-trabajo como unidad de cuenta, la cual fue desarrollada por múltiples pensadores socialistas basados en la teoría del valor del trabajo”- y muchas comunidades usan LETS (Local Exchange Trading System/ Sistema de Comercio de Intercambio Local)- “una empresa comunitaria sin fines de lucro iniciada localmente y organizada democráticamente, que provee un servicio de información a la comunidad y registra las transacciones de los intercambios de bienes y servicios de los miembros usando la moneda de los créditos LETS creada localmente”. A diferencia de las criptomonedas, los sistemas como LETS y los timebanks pueden generar medios de intercambio dentro de las comunidades usando redes comunitarias, y, como se explicó antes, pueden estar totalmente separados no sólo de la economía de trabajo asalariado, sino también del nexo del efectivo [3]. Y, como sostiene Carson, “las herramientas mecánicas CNC baratas y de open-source, la información en la red y las plataformas digitales, la permacultura y los huertos comunitarios, las monedas alternativas y sistemas de créditos mutuos; reducen la escala de producción factible de muchos bienes a los niveles de hogar, hogar múltiple y vecindario, y reducen similarmente los desembolsos de capital requeridos para producir directamente las necesidades de consumo a una escala dentro de los medios de tales agrupaciones [énfasis añadido]”. Este es un futuro libre del sistema de trabajo capitalista, no un mercado de valores online, sino una forma cooperativa y flexible de producción e intercambio basado en comunidades y hogares [4]. Este tipo de economía no necesita depender ni de salarios ni de propietarios privados de los medios de producción o ingresos procedentes del juego con activos digitales.
Esto no quiere decir que las criptomonedas y el blockchain no tienen ningún lugar en las luchas anti-capitalistas y anti-estatistas. Rojava- el increíble proyecto libertario socialista que se está llevando a cabo en el norte de Siria- ha considerado usar criptomonedas para reducir los costos de la infraestructura monetaria actual y promover una mayor descentralización de la economía; las ONG están usan criptomonedas para evadir tanto al cuasi-estado Talibán como a las sanciones internacionales de varios gobiernos con el fin de ayudar a los afganos; y Logan Glitterbomb esboza cómo “muchos libertarios abogan [por las criptomonedas] específicamente junto con la táctica agorista de evadir impuestos. La idea de que por no pagar impuestos uno “hará morir de hambre al Estado”. Carson incluso permite que el marco centralizado detrás del blockchain pueda mitigarse cuando “combinada con una arquitectura p2p que lo libera de la dependencia de una red de servidores centrales” y que el “blockchain podría proporcionar la arquitectura de contabilidad para hacer un sistema monetario más justo e igualitario más seguro en sus operaciones”. Algo particularmente interesante que ha surgido del blockchain es la DAO (decentralized autonomous organization / organización autónoma descentralizada) – una “organización que está diseñada para ser automatizada y descentralizada”. Funciona principalmente “como una forma de fondo de capital de riesgo [de la criptomoneda] basado en código open-source y sin ninguna estructura típica de gestión o consejo de administración”. A pesar de estar encerrado en muchos de los mismos problemas del blockchain y las criptomonedas mencionadas antes, este al menos colectiviza la riqueza generada a través de la especulación. Y en un post en la cuenta de Comrade Cooperation dice…
(el)su cambio de trabajo de 9 a 5 para formar parte de una DAO me dio totalmente una nueva visión de trabajo.
Encontrar el significado de lo que haces trabajando con personas de ideas afines. Decide tus propias reglas y trabaja con los demás, no para los demás. Cumple metas.
Ahora, me he convertido en el gestor de mi propio trabajo. Hago un seguimiento de las horas de las tareas que realizo. Reviso el trabajo de mis compañeros y todos votamos los siguientes pasos de los dos grandes proyectos que estamos construyendo. Esto nos permite mantener todo transparente, y cada contribución hecha por cada miembro es recompensada con una parte de las ganancias. El sistema es justo, y todas las reglas y decisión[es] que hacemos son registradas en el blockchain.
Esto suena mucho como un tipo de empresa cooperativa pre figurativa que podría servir de modelo de una organización más sustancial de la producción fuera de la economía capitalista. No sólo esto, Emmi Bevensee, Jahed Momand y Frank Miroslav también presentan argumentos convincentes de que DAOs presenta “ventanas para el radicalismo o al menos una reducción de daños”. Ellos describen cómo algunas de organizaciones están “[comprando]devolviendo y repatriando arte africano robado [,]… devolviendo tierras indígenas… [Y] apoyando BIPoC artistas colectivos”, y un “puñado de proyectos se están centrando en estas innovaciones en la administración desde un punto de vista Ostromiano, llegando incluso a adoptar el Análisis y Desarrollo Constitucional (DAI) de Ostrom totalmente en los objetivos de sus proyectos” [5]. En conjunto, concluyen que “hay una subcorriente muy fuerte que intenta empujar las finanzas especulativas hacia bienes públicos sostenibles en los que la mayoría de la gente puede participar y beneficiarse”. Tal vez entonces, si se combina con un cambio a largo plazo hacia un modo de producción descentralizado, flexible y cooperativo – en adición a una organización del trabajo a gran escala- la tecnología blockchain, en particular DAOs, pueden ser parte de la estrategia del futuro. Sin embargo, en su forma actual, las criptomonedas (y el blockchain en general) carece de las cualidades necesarias de una genuina descentralización, liquidez, creación de comunidades, etc. Que nos permitirán crear una nueva economía separada del régimen del jefe. Como tal, el cripto no va a salvarnos del sistema de trabajo capitalista.
Notas
1. Este sin mencionar el fenómeno de los trabajos de mierda como los descritos por David Graeber.
2. Lea mi crítica a los NFTs en mi artículo “NFTs Suck for Labor”.
3. Para una encuesta de monedas alternativas, vea “6. Basic Infrastructures: Money, III. Examples of Networked Money Systems” en el artículo de Carson The Desktop Regulatory State.
4. Para un largo estudio de libro sobre este tipo de cambios socio-económicos y tecnológicos, vea el artículo de Carson “The Homebrew Industrial Revolution: A Low-Overhead Manifesto.”
5. Vea Wikipedia para un diagrama de la estructura DAI.