The following article is translated into Spanish from the English original, written by Darian Worden.
A medida que los titulares sobre la boda real inglesa se desvanecen, es importante echar un vistazo a las libertades que se pisotearon para crear un día perfecto para la realeza.
En los días anteriores a la boda, una buena cantidad de predios ocupados y centros sociales fueron sometidos a redadas, y sus habitantes fueron detenidos por grandes escuadrones de policías. Además, un miembro del grupo teatral callejero The Love Police fue detenido por conspiración de causar disrupción pública y ruptura de la paz. La actividad policial fue publicitada como si estuviese dirigida a disuadir a los anarquistas en su intento de arruinar la fiesta real. No queda claro en qué medida la actitud de la policía se debió a su celo por resguardad la santidad del espectáculo nupcial o si las redadas fueron más que nada una excusa para quebrar la oposición al estado. Por supuesto, cualquiera sea la razón de fondo, siempre habrá una rama del complejo policial-industrial que necesitará encontrar amenazas públicas para justificar su presupuesto.
Aunque la idea de la realeza sea un anacronismo, desafortunadamente no lo es la obsesión con proteger a las élites del libre albedrío de la la gente de a pie. Cuando se trata de garantizar que la gente importante la pase bomba, se espera que la gente a la que se juzga como menos importante cargue con una buena parte de los costos de la fiesta. Puede que contribuyan a través de sus impuestos, siendo detenidos o abusados, pero pueden simpre contar con que los que están por encima de ellos en la jerarquía social les harán saber qué tanto les interesan sus problemas.
Un gran espectácuo público le proporciona una perfecta excusa a los que están a cargo para atacar a sus opositores. Al actuar como si la represión de los disidentes se tratase en realidad de un asunto de seguridad pública, se les facilita la tarea de presentar su misión de preservarse en el poder como si se tratase de proteger al público. La disrupción de la oposición anarquista y de izquierda radical en la víspera del Primero de Mayo es muy conveniente para las autoridades, ya que ésta, por ser la fiesta tradicional de los trabajadores, es usada frecuentemente como fecha de protesta. Ésto debe haber sido de especial interés para las autoridades británicas dado el alto nivel de ajitamiento político que el país vivió el año pasado.
Cualquiera que sean las otras motivaciones del estado, siempre debe tenerse en cuenta que los miembros de la fuerza policial y sus proveedores quieren que se les pague. Un mayor número de amenazas se traducen simpre en presupuestos más gordos para ellos. Y alguien siempre pujará por obtener contratos de suministro de equipos de vigilancia y detención.
La observación que Thomas Paine hiciese en 1776 parece tener hoy más vigencia que nunca: “Un hombre honesto es más valioso para la sociedad, y ante los ojos de Dios, que todos los rufianes coronados que hayan vivido jamás”. Al menos la existencia de la oposición a la ostentosa exhibición de elitismo es una buena señal.
Artículo original publicado por Darian Worden el 29 de abril de 2011.
Traducido del inglés por Carlos Clemente.