The following article is translated into Spanish from the English original, written by Jason Lee Byas.
¿Conservador? ¿Todavía descorazonado por la elección? Éste artículo es para usted. Más específicamente, siéntase especialmente aludido si usted es el tipo más serio de conservador que ya estaba acongojado por la nominación de Romney, el tipo de conservador que todavía está de acuerdo con Barry Goldwater en que el «extremismo en la defensa de la libertad no es un vicio, y la moderación en la búsqueda de la justicia no es una virtud.»
Mi objetivo es simple. Quiero convencerlo de que preocuparse por si un republicano del establishment que se presenta a sí mismo como conservador gana una elección no hace nada por la causa de sus ideales. De hecho, le recomiendo olvidarse del conservadurismo y las elecciones completamente. Lo mejor que puede hacer para defender sus valores es convertirse al anarquismo y promoverlo, haciéndose parte de la izquierda radical.
No hay dudas que esto suena absurdo. Pero es exactamente la transición que muchos han hecho. Entre ellos, Karl Hess, que escribió ese discurso legendario de Barry Goldwater cuyas palabras todavía arden en los corazones de muchos conservadores. Cuando se transformó de autor de las plataformas 1960 y 1964 del partido republicano a autor de textos anarquistas con títulos como “Poder de Barrio” y “La Muerte de la Política”, Hess encontró que su primer impulso vino de la “la familiaridad de lo que se decía en los círculos anarquistas. Descentralización. La devolución a la gente del poder político real – de todo el poder”.
Como ex conservador, sé que sus preocupaciones por los derechos de los estados y gobiernos locales son genuinos, que no son una cortina de humo de la intolerancia. Usted sabe mejor que un burócrata en Washington lo que es mejor para su comunidad. El problema no está en su entusiasmo por estos temas, sino en no llevarlo aún más lejos.
¿Por qué no deshacernos de los estados en lugar de defender sus derechos? Burócratas en Anchorage, la ciudad de Oklahoma, Montgomery, o en cualquier lugar donde opere su gobierno estatal, puede que conoczcan mejor su comunidad que los que esán en Washington, pero tno anto como usted. Hay que llevar la necesidad de autodeterminación hasta sus últimas consecuencias.
Cualquier cosa que su estado y gobierno local pueda hacer, su comunidad puede hacerla mejor por su cuenta. Si necesitan topes de velocidad en las calles, instálenlos. No pierdan tiempo arrodillándose ante el ayuntamiento.
Si está preocupado de como puede funcionar ese principio frente a problemas de gran escala, recomiendo leer acerca de los esfuerzos del Common Ground Collective después del huracán Katrina. Más recientemente, el movimiento Occupy Sandy en Nueva York está mostrando una determinación similar.
Algunos de ustedes quizás piensen que todo eso está muy bien, pero todavía se sienten incómodos sobre eso de «ahacerse parte de la izquierda radical.» Al fin y al cabo, ustedes creen en los mercados libres. Sin embargo, aunque parezca extraño, esa es exactamente la razón por la que deben encontrar terreno común con la izquierda radical.
Alguien como usted, quien quizá haya participado en los Tea Parties originales anti rescates bancarios, o que al menos simpatizaba con ellos, probablemente no necesita que se le recuerde que el estado hipertrofiado tiende a ayudar a las grandes empresas a expensas de todos los demás.
Imagine como sería un mundo donde tengamos mercados verdaderamente libres. Parece razonable considerar la idea de que el poder corporativo se derrumbaría completamente sin el apoyo activo que recibe del gobierno.
Los progres de limosina no sermonean a todo el mundo solo porque tengan un complejo de mesías; también lo hacen porque les interesa mantenerse en una posición donde pueden sermonear a la gente.
Si realmente quiere asustar a esa alianza entre los progres y las élites empresariales, pruebe con apoyar una campaña local de sindicalización como las realizadas por los Trabajadores Industriales del Mundo. Los políticos demócratas adinerados quizá tengan un interés en complacer a los sindicatos rígidamente burocráticos que malgastan los fondos de sus miembros en contribuciones de campaña. Sin embargo, probablemente no se alegrarán demasiado de ver un sindicato combativo que ve el gobierno como categóricamente opuesto a sus metas y distribuye un folleto llamado «Como Despedir a su Jefe» [PDF].
No espero que usted transicione de vicepresidente del comité local del Partido Republicano a izar la bandera negra de la noche a la mañana como resultado de leer este artículo. Pero tengo la esperanza de despertar su interés lo suficiente como para que empiece a buscar más información que le ayude a vencer la reticencia a camibarse de bando.
Artículo original publicado por Jason Lee Byas el 15 de noviembre de 2012.
Traducido del inglés por Wade Craig, editado por Carlos Clemente.