Milo no es la víctima aquí

Milo Yannopoulos, quien escribe para el sitio web de la derecha alternativa (esto es, supremacistas blancos o neofascistas) Breitbart.com, es un maestro a la hora de victimizar a otras personas y luego reclamar para él el estatus de víctima cuando le devuelven el golpe. Por ejemplo, aprovechó seriamente un cargo en el cuerpo de prensa de la Casa Blanca para quejarse ante el expresidente Obama de que Twitter le quitara el visto bueno para publicar. E, infortunadamente, Yiannopoulos dispone de muchísimos facilitadores en la denominada derecha «libertaria». Su última apropiación del estatus de víctima tuvo lugar tras la cancelación de su aparición en la Universidad de California en Berkeley el 31 de enero, a causa de las presuntas inquietudes de seguridad de la administración en torno a manifestaciones violentas. Y Robby Soave, de la publicación Reason — quien aparentemente tiene habilitadas las notificaciones de Google Noticias para «microagresión», «apropiación cultural» y «espacio seguro» — está abucheando a la par en perfecta harmonía («UC-Berkeley Protesters Set Campus on Fire, Shut Down Milo Yiannopoulos Event», 1 de febrero).

Soave, interesantemente, se reserva el término «despreciable» para el «despliegue de violencia y censura» de los manifestantes, optando, cual sabandija, por la palabra «controversial» para Yiannopoulos — un ídolo entre «realistas raciales», activistas de derechos del varón, GamerGaters, miembros de 4chan y todos los otros pútridos trozos del estofado rancio que es la audiencia de Breitbart. Dice algo acerca de las prioridades morales de Soave. Este también regurgita acríticamente el sesgo de Yiannopoulos de que «la izquierda está absolutamente aterrorizada con la libre expresión».

Esto lleva a preguntarse si la aparición de Yiannopoulos se trataba solamente de «expresión», o tal vez algo más — una pregunta inconveniente que Soave, de manifiesto, no tiene interés en investigar porque no encaja en su narrativa de preferencia. Ni una vez, en su artículo genérico, aborda Soave la cuestión de lo que Yiannopulos fue a hacer a Berkeley.

Yiannopoulos tiene un historial de cruzar la raya entre la «libre expresión» y la acción concreta. Fue bloqueado de Twitter el año pasado por incitar a sus seguidores a atacar con lluvias de hostigamiento a la actriz de los Cazafantasmas Leslie Jones. En una aparición en UW Milwaukee, proyectó en pantalla la imagen de una activista de los derechos transgénero y la señaló a sus seguidores de fraternidad, lo que resultó en una espiral de acoso que llevó a que ella abandonara la universidad. Se regodeó de hecho por el retiro de la muchacha en apariciones subsecuentes, aseverando que había protegido a las estudiantes del acoso de esta estudiante en los vestidores. Esta es la personalidad que Robby Soave llama «controversial» — en la misma oración en que llama «despreciables» a estudiantes que intentaron silenciar a Yiannopoulos en Berkeley. De nuevo, es bueno saber dónde yacen sus prioridades morales.

Yiannopoulos, según informes, planeaba hacer lo mismo en Berkeley, solo que a una escala mucho mayor. Su aparición en Berkeley se centraría en atacar su política de «universidad santuario», enfocada en proteger la información personal de estudiantes indocumentados de las autoridades de inmigración federales. En The Independent, Maya OppenheimUC Berkeley protests: Milo Yiannopoulos planned to ‘publicly name undocumented students’ in cancelled talk», 3 de febrero) citó fuentes que sostenían que Yiannopoulos  pretendía delatar estudiantes indocumentados en una emisión de video en directo de su presentación, e instar a las divisiones republicanas universitarias locales a hacer lo mismo, desafiando las universidades santuario por todo el país.

Yiannopoulos ha negado estas acusaciones, afirmando que había planeado denunciar el concepto de apropiación cultural mientras portaba un tocado nativo americano. Pero en Breitbart.com quedó registrado, el día anterior, que su tema serían los campus universitarios santuario y una instigación a perseguir a algunos oficiales del campus por obstrucción a la justicia. Así que se puede apostar con seguridad que estaba mintiendo.

Así que procesemos esto. Delatar estudiantes indocumentados y azuzar a la policía federal para que se abalance sobre ellos no es solamente «expresión». Es acción — una acción que, pese a la renuencia de Robby Soave al aplicarla a Yiannopoulos, es despreciable. Me atrevería a ir un paso más allá y llamarlo criminal, ya que implica ayuda y complicidad en un acto de agresión contra la libertad de estudiantes que no son culpables de ninguna acción indebida.

Lo que Yiannopoulos pretendía hacer era el equivalente moral de denunciar a la familia de Anne Frank con la Gestapo. (Robby, si eso no te toca alguna fibra emocional, solo pretende que Yiannopoulos iba a azuzar a la policía en contra de un establecimiento de vaporeo.)

Así que, en resumen, las manifestaciones en contra de la aparición de Yiannopoulos no eran solamente cuestión de «libre expresión», se trataban de acción directa en defensa de las personas más vulnerables en el campus en contra de alguien que trabaja en complot con el estado policial para despojarlos de sus derechos humanos básicos. Yannopoulos es despreciable, y cualquier «libertario» que lo defienda es asimismo despreciable.

Artículo original publicado por  el 10 de febrero de 2017

Traducción del inglés por Mario Murillo

Anarchy and Democracy
Fighting Fascism
Markets Not Capitalism
The Anatomy of Escape
Organization Theory