Si el anarquismo ha de llegar a algún lado como movimiento, requiere de nosotros que construyamos el mundo que deseamos ver. Parafraseando el clásico mantra wobblie, nuestra meta es y debería ser «construir un mundo nuevo dentro del cascarón del viejo.» En pos de esto, en realidad debemos crear estructuras que satisfagan las necesidades de nuestras comunidades una vez que el estado y el capitalismo estén fuera del panorama. Este es el razonamiento detrás de muchos proyectos anarquistas. Trabajadores Industriales del Mundo actúa como alternativa a los sindicatos empresariales estatistas; Comida, no Bombas actúa como una alternativa a los comedores comunitarios y caridades afines; grupos como Common Ground y Occupy Sandy proveen una alternativa a los desastrosos servicios gubernamentales y corporativos; las escuelas gratuitas y la desescolarización son alternativas para los regímenes escolares estatales y corporativos, y así sucesivamente. Los anarquistas han iniciado granjas, han manejado colectivamente negocios, grupos de defensa comunitarios, refugios para víctimas de abuso doméstico, bibliotecas, sistemas de energía alternativos y una miríada de otros elementos de utilidad para el «nuevo mundo». Una de las más famosas entre dichas instituciones—y ciertamente una de las más duraderas— es sorpresivamente Alcohólicos Anónimos.
Cofundada por Bill W., un ávido lector de Kropotkin y otros filósofos anarquistas, A.A., se inspiró y constituyó en la práctica anarquista. Pero práctica es la palabra clave, ya que el grupo nunca pronuncia siquiera la palabra «anarquía» en alguno de sus escritos, ni lo hacían Bill W., o el cofundador Dr. Smith, cuando hablaban del grupo. Sin embargo, incluso una mirada superficial a las Doce Tradiciones de A.A., con este conocimiento en mente deja muy en claro que por lo menos está alineado con tales principios. A pesar de que no sea explícitamente anarquista en su intención, lo es en la práctica:
- Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la unidad de A.A.
- Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan.
- El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.
- Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a Alcohólicos Anónimos, considerado como un todo.
- Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo.
- Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
- Todo grupo de A.A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones ajenas.
- A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.
- A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.
- A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
- Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.
- El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.
Como se puede ver, las ideas de solidaridad, ayuda mutual, autonomía, organización no jerárquica y tendencias apolíticas, antiautoritarias e incluso antiorganizacionales, son esenciales para la estructura misma del grupo. A pesar de que algunos puedan tener problemas con los aspectos espirituales de A.A., es de notar que Dios es definido en el sentido más vago posible y está abierto a interpretación individual, y, aunque Bill W. y Bob Smith a veces usaban un lenguaje más próximamente relacionado a sus experiencias de vida, tal como referencias a Dios en el masculino, tenían cuidado de no promover alguna visión religiosa o espiritual particular. Mucho del lenguaje utilizado incluso se ha puesto al día, empleando un género más neutro, y la idea de Dios se interpreta libremente incluso como para incluir a agnósticos y ateos, a quienes se alienta a ver el grupo de apoyo mismo y su misión como un «poder superior» al cual remitirse en tiempos de debilidad.
La primera tradición hace énfasis en la solidaridad entre los miembros, ya que estos trabajan hacia metas en común. La segunda tradición establece que no hay autoridad entre los miembros del grupo y que incluso aquellos que facilitan o sirven en posiciones como tesoreros, no ostentan ningún poder de gobierno sobre el resto del grupo. En su lugar, las decisiones se toman horizontalmente mediante consenso y democracia directa. La tercera tradición enfatiza la inclusión radical. La cuarta aboga por autonomía completa de cada grupo individual, excepto cuando sea necesario. La quinta reitera la meta fundamental, mientras que la sexta enfatiza los peligros del capitalismo y la afiliación con grupos externos, no sea que la misión original se vea manchada o sus tradiciones se corrompan. La séptima tradición insta a la autosuficiencia, mientras la octava y la novena navegan las tendencias antiprofesionales y antiorganizacionales en el seno del anarquismo. La décima hace énfasis en el enfoque apolítico del grupo, pues ser un anarquista no entraña necesariamente participar en el grupo, y otras formas políticas afines pueden distraer y dividir, alejando de la misión central. La organización está ensamblada siguiendo lineamientos de praxis anarquista, como ejemplo de cómo podemos unirnos solidariamente para resolver nuestros propios problemas. Las últimas dos explican por qué el anonimato es tan importante para el grupo en su conjunto y para los miembros individuales.
A pesar de la clara influencia de ideales anarquistas y el mantenimiento de una práctica anarquista, es precisamente porque nunca fue una organización explícitamente anarquista que A.A., ha logrado tal nivel de aceptación social. Es el Comida, no Bombas de los grupos de apoyo para adictos sin todo el bagaje político y, como Comidas, no Bombas, ha inspirado también numerosos grupos separados, entre los cuales el más prominente es Narcóticos Anónimos. A.A., ha incluso alcanzado tales niveles de aceptación pública que ha redirigido exitosamente a muchas víctimas en potencia del sistema penitenciario hacia su grupo, al trabajar con el sistema judicial. Dada su participación, muchos que de otro modo serían enviados a prisión, una clínica de rehabilitación autoritaria o un grupo de apoyo más jerárquico, son compelidos en su lugar a asistir a Alcohólicos Anónimos, donde se les da herramientas para alcanzar mejorías sin necesidad de autoridad humana externa. Y aunque trabaja con el sistema judicial, A.A., puede operar de manera completamente separada y en la mayoría de contextos políticos, incluyendo la anarquía. Es efectivamente un grupo de apoyo establecido con el «nuevo mundo» en mente al menos en cierta medida.
Entonces, ¿qué podemos aprender de todo esto? Mucho, en realidad. Como una de las estructuras ácratas más longevas y exitosas en nuestra sociedad, A.A., puede servir como plano de diseño para otras estructuras del «nuevo mundo». Primero que todo, estas estructuras deberían servir a un propósito y dar seguimiento a ese propósito, uno que sea útil ahora y en el «nuevo mundo». La autonomía debería estar en el centro de la cuestión. Pero lo más importante de todo, la praxis anarquista no requiere promoción explícita del anarquismo mismo y de hecho podría frenarla, asustando a personas que de otro modo estarían interesadas. Esto no significa que debamos ocultar nuestro anarquismo, solo que ello no debe ser central a la misión de la estructura para que esta cumpla su propósito. Que se ensamble en líneas anarquistas, pero que se mantenga la misión en términos de provisión del bien o servicio para cuya formación se creó, permitiendo así que los principios detrás del grupo brillen como ejemplo. Después de todo, Karl Hess no rondaba por ahí embutiendo a empellones las ideas anarquistas a los demás, mientras trabajaba en sus experimentos de energía vecinal, tecnología apropiada y autosuficiencia. Él le dio continuidad a sus experimentos y les permitió hablar por sí mismos, beneficiando a todos los involucrados, independientemente de sus creencias políticas personales, al tiempo que sentaba las bases para el nuevo mundo y fisuraba un poco la cáscara del viejo.
Artículo original publicado por Logan Glitterbomb el 14 de julio de 2016
Traducción del inglés por Mario Murillo