Aproximadamente a las 17:00 Hora Estándar del Centro de Estados Unidos del 22 de enero de 2015, Brad Spangler confesó en un post de Facebook haber abusado sexualmente de un niño en el año 2004 y expresó su intención de entregarse a la policía. Spangler no ha publicado, ni hasta donde sabemos, comunicado nada más respecto al hecho en el tiempo transcurrido desde entonces. Tampoco ha surgido ninguna evidencia o circunstancia que sugiera que su confesión sea falsa, fingida o forzada.
El Centro para una Sociedad sin Estado (C4SS) considera que los actos monstruosos de Spangler y la forma en que los admitió son absolutamente abominables y totalmente contrarios a los valores pomovidos por C4SS.
No hay absolutamente ninguna manera de eludir un hecho evidente: Spangler es cofundador de C4SS. Jugó un papel clave en la construcción de su infraestructura. Pero no ha sido parte de C4SS desde hace mucho tiempo, ni públicamente ni tras bastidores. Su biografía en nuestro sitio web le atribuía erróneamente el título de Asociado Senior hasta ayer; esa descripción debería haber sido modificada hace mucho tiempo en honor de la exactitud. Debido a este descuido, C4SS está trabajando en la aprobación de una propuesta para identificar y remover a los asociados que han “abandonado” a C4SS por su falta de comunicación o participación.
C4SS ha cambiado sustancialmente en los últimos años a medida que hemos crecido y Spangler no nos representa. En lugar de continuar albergando los escritos de un abusador de menores, y para dejar clara nuestra tajante desvinculación, hemos eliminado de nuestro sitio el historial de sus publicaciones. Pero tampoco es nuestra intención tirar por el “agujero del olvido” el desafortunado legado de Spangler, por lo que archivaremos el historial de su contenido en otro sitio, el Spangler Pensieve.
La admisión de Spangler fue un duro golpe para nosotros, pero cualquier malestar que pueda sufrir nuestra organización en los próximos meses no es nada en comparación con el dolor que ha sufrido durante una década la víctima de las acciones de Spangler, ni con el dolor que la víctima seguramente se vea forzada a revivir como resultado del egoísmo de este último. La víctima merece la oportunidad de sanar. Respetaremos el espacio de la víctima y ofrecemos nuestra ayuda en caso de que alguna vez se necesite o desee. Para favorecer este fin, C4SS donará US$200 de nuestro Fondo Empresarial Anticapitalista a generationFive. [G]enerationFive “trabaja para interrumpir y reparar el impacto intergeneracional del abuso sexual infantil en los individuos, familias y comunidades. Somos de la convicción de que el que la comunidad se involucre significativamente en estos temas es la clave para una prevención eficaz”.
Nos gustaría cerrar con algunas citas de Por qué los misóginos son tan buenos informantes: Cómo la violencia de género en la izquierda facilita la violencia estatal en los movimientos radicales:
Una y otra vez, los hombres heterosexuales en los movimientos radicales han sido autorizados a hacer valer su privilegio y subordinar a otros. A pesar de todo lo que decimos en sentido contrario, el hecho es que los movimientos sociales y organizaciones radicales en los Estados Unidos se han negado a abordar seriamente la violencia de género [1] como amenaza para la supervivencia de nuestras luchas. Hemos tratado a la misoginia, la homofobia y el heterosexismo como males menores, como temas secundarios que finalmente se harán cargo de sí mismos o se desvanecerán en el trasfondo una vez se resuelvan los problemas “reales” del racismo, la policía, la desigualdad de clases y las guerras de agresión lanzadas por Estados Unidos. Elegir la ignorancia conlleva graves consecuencias. La misoginia y la homofobia son fundamentales para la reproducción de la violencia en las comunidades de activistas radicales. Escarba en la superficie de un misógino y encontrarás un homófobo. Escarba un poco más profundo y puede que encuentres los ingredientes de un futuro informante (o alguien que se dedica a desestabilizar movimientos tal como lo hacen los informantes). …
Aunque la violencia de género por parte de la izquierda me causa mucha rabia, mantengo la esperanza. Creo que tenemos la capacidad de cambiar e implementar la justicia en nuestros movimientos. No tenemos que lanzar cacerías de brujas para delatar a misóginos e informantes. Ellos se delatan por sí mismos cada vez que se niegan a pedir disculpas, a responsabilizarse por sus acciones, cada vez que comienzan conflictos y se niegan a resolverlos a través del consenso y cada vez que maltratan a su compañer@s. No tenemos que buscarlos, pero cuando nos encontramos con sus comportamientos destructivos tenemos que hacerlos responsables. Nuestras estrategias no tienen que ser punitivas; las personas tienen derecho a sus errores. Pero debemos esperar que la gente se haga cargo de esas acciones y no permitir que se conviertan en un patrón.
Tenemos derecho a enfadarnos cuando las comunidades que construimos y que se supone son el modelo para un mundo mejor y más justo albergan los mismos tipos de violencia que predominan en la sociedad como el racismo y la discriminación contra aquellos que tienen estilos de vida alternativos y las mujeres. Como organizadores radicales, debemos exigirnos mutuamente una rendición de cuentas y no facilitar que los misóginos ejerzan tanto poder en estos espacios. No permitamos que sean los rostros, voces y líderes de estos movimientos. No permitiamos que violen a una compañera y luego aparezcan en el jodido noticiero de las cinco. […] Al no permitir que la misoginia eche raíces en nuestras comunidades y movimientos no solo nos protegemos de los esfuerzos del Estado para destruir nuestro trabajo, sino que también creamos movimientos más fuertes que no pueden ser destruidos desde dentro.
[1] Uso el término violencia de género para referirme a las formas en que la homofobia y la misoginia están enraizadas en comprensiones heteronormativas de la identidad de género y de los roles de género. El heterosexismo no sólo ejerce un rol de policía sobre las sexualidades no normativas, sino que también reproduce los roles de género y las identidades normativas que refuerzan la lógica del patriarcado y el privilegio masculino.
Entrada de blog original publicada por C4SS el 24 de enero de 2015.
Traducido del inglés por Carlos Clemente.